Escribo en nombre de los treinta profesores que tuvimos la inmensa fortuna de pasear por Atenas con Nadia. Diligente, ingeniosa, cálida y con una sonrisa acogedora; siempre dispuesta ante las preguntas sin escatimar tiempo, profundidad y ganas de comunicarse. Con ella, nuestra mirada sobre la Atenas del helenista Pedro Olalla creció... Queda en nuestro afecto y gratitud... Y al regresar en un tiempo venidero a la ciudad de la Democracia, sería un placer errar con ella por lo que aún queda desconocido... Abrazos!!
Alejandro Tarantino Aréchega, Madrid, España